viernes, 25 de octubre de 2013

LOS MÚSICOS DE BREMA


Esta es la historia de un burrito muy viejo que apenas podía trabajar. Descansaba sobre la paja cuando escuchó -El burro está demasiado viejo habrá que pensar en matarlo.
El burrito escapo de la casa.  Poco después vio a un perro al borde del camino. El burrito explico sus planes al perro -Voy contigo dijo el perro mis amos también piensan matarme por viejo.  Dijo el burrito -iremos a la ciudad a buscar trabajo yo soy músico.  Después de mucho caminar hallaron un gato que estaba indignado.  ¡Que, que me pasa! oí decir a mi amo que tiene invitados que mataría un conejo, y en casa no hay ningún conejo y me asusté  -Ven con nosotros le dijo el burro.  Los tres amigos se marcharon muy contentos.  Pronto encontraron un gallo que cantaba con mucho brío -¡un barítono!, es lo que nos faltaba para completar el coro -¿Vienes con nosotros, vamos a Brema?  dijo el burro.  El grupo de amigos, prosiguio su camino mientras el gallo comentaba...-estaba cansado de tantas humillaciones.  nadie hace caso de un gallo con tantos despertadores que hay ahora.  Después de caminar todo el día, resolvieron descansar en el bosque.  Era muy tarde y decidieron buscar un lugar más cómodo... Ya junto a la casa el burro comentó -Que uno de nosotros vaya a investigar-.  Con gran sigilo el perro se acercó a la casita y oyó...-somos unos bandidos muy listos, brindemos por nuestra empresa, nadie conoce nuestro escondite...
Cuando el perro explicó lo que había escuchado dijo... -demos un susto a esos pillos, dijo el burro.  Se subieron uno encima de otro y a la de tres empezaron a cantar. Y ante aquel griterío los bandidos huyeron despavoridos.  Se dieron el gran banquete con la cena de los bandidos. 
Pero ellos no estaban dispuestos a perder y casa y... -Hemos sido unos cobardes, iré a inspeccionar.  El bandido entro en la casa, pero apenas hubo cruzado la puerta...fue ferozmente atacado.  Cuando sus compañeros le preguntaron explicó horrorizado. ¡huyamos! una bruja me araño, un hombre me clavó un cuchillo y un monstruo peludo me ha dado con un mazo.  A todo esto el juez gritaba desde lo alto"traigan al bribón aquiiiii..."

NO TE QUEDES ABAJO




Anécdota (El caballo y el pozo)

Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos que lo ayudaban en sus trabajos de su pequeña hacienda.  Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación asegurándose que el animal no se había lastimado.  Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomo entonces la difícil decisión de decir al capataz que sacrificar el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Así se hizo. Comenzaron a tirar tierra dentro del pozo pero a medida que caía tierra sobre el animal este la sacudía y la acumulaba en el fondo, haciendo subir el nivel del piso. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaría enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta finalmente consiguió salir.

LA LEYENDA DEL CID CAMPEADOR.

 

Rodrigo Días de Vivar mejor conocido como "El Cid Campeador",   es el más famoso y valiente guerrero que ha tenido España.  De él se cuentan muchas cosas curiosas, y entre ellas sobresale su aventura con un leproso. 
El Cid hace una promesa a la Virgen del Pilar, "si ganaba una batalla  iría al su tempo en peregrinación, haciendo obras de caridad".  La Virgen le concedió una gran victoria. Con sus generales se fue a Zaragoza y cumple su promesa,  haciendo por el camino todas las obras de caridad que podía. 
Un día oyó que por allí cerca del camino  había alguien que se quejaba tristemente. El valiente general mando a su secretario a que averiguara quien era aquel que tan tristes quejidos daba.  Llego el joven aterrado Señor huyamos para que no nos vaya a prender su hedionda enfermedad.  Pero el Cid en generosidad no se dejaba ganar,  se bajo de su caballo y corrió a dar ayuda al pobre llaguiento que estaba dentro de un hoyo en el que se había caído y no lograba salir.  El Cid le alargo el lazo de su caballo, y lo fue sacando suavemente. Luego lo abrazó y lo  saludó como si fuera su propio padre. los demás militares estaban admirado y sentían un asco horrible. 
Entonces el gran general hizo algo más: colocó al hombre lleno de úlceras en el anca de su caballo y le dijo: "agárrate bien bien de mi cintura para que no vayas a caerte del caballo, y yo te llevaré al hospital" Y subiendo a su brioso corcel partió alegre hacia Zaragoza. 
Al llegar a Zaragoza buscó el mejor hotel y allí mandó que a él y al enfermo les sirvieran en la misma mesa. (Todos los demás militares se alejaron para no percibir el repugnante olor de las llagas), Y partió su pan con el enfermo y lo trataba con tan gran cariño, que el pobre lloraba de emoción.--"Porque hacéis ésto con un hombre tan repugnante?" --le decían los demás guerreros.--"Porque todo hombre representa a Cristo, y yo sé que todo lo que yo haga con uno de mis prójimos, a un que sea el más humilde se lo hago a Cristo y siguió prodigando  atenciones al pobre mendigo.
Y aquella misma noche mandó que a él y al enfermo les diera la misma habitación, y allí mando a colocar dos lechos, igualmente finos, y después de lavar las llagas del enfermo, lo hizo acostar en un lujoso lecho, y le deseo un buena noche.
Después el Cid se echó a dormir tranquilo y feliz porque ese día había hecho una obra de caridad que le repugnaba pero que bien sabía él, le agradaba mucho a Dios.
Ya eso de la medianoche, el valeroso scapitán sintió que su habitación se llenaba de luz, de una luz maravillosa como el nunca había contemplado, y oyó una dulce voz que le decía llena de cariño: "Cid, gran Cid, muchas gracias, te felicito por esta gran caridad". --¿Quien eres tú, quién eres tu que así me hablas?, "Yo soy Lázaro--respondió la amable voz--Vengo a darte gracias". --Pero, y de qué me agradeces tú, respondió el Cid.--"Mira, yo era el pobre enfermo que encontraste hoy en el camino . Mi Dios me mando disfrazarme de enfermo llaguiento para probar que tan grande era tu caridad.  Y has demostrado ser maravillosamente generoso Ahora vengo a ofrecerte la recompensa. Por haber tratado de una manera tan espléndida a uno a quien todos despreciaban,  Nuestro Señor te concede tres favores: El primero, no perderás ni una batalla de ahora en adelante. El segundo, morirás rodeado de sacerdotes y obispos. Y el tercero,el más raro, tú ganarás una batalla después de muerto.  El santo dejo de hablar y el Cid quedó desmayado de emoción. Al día siguiente, cuando se levantó, encontró el lecho del enfermo muy bien tendido, todo lleno de perfume y una bella imagen de san Lázaro allí recostada sobre la almohada.
Sucedió todo lo que el Santo había profetizado: En adelante el Cid ganó todas las numerosas batallas que tuvo que librar, y no perdió una sola. Y el día de su muerte dio la coincidencia de que en aquella ciudad donde él moría, se habían reunido muchos obispos y numerosos sacerdotes para una gran asamblea religiosa.  Todos corrieron junto a su lecho a  encomendarlo  y  cuando el Campeador entregó su alma a Dios,  había una gran cantidad de obispos y sacerdotes orando junto a él.
Pero apenas los moros supieron que el gran Cid había muerto se dijeron: "Ahora si, ataquemos a los cristianos, porque su jefe se murió y ya no tienen quién los guíe", y empezaron el terrible ataque a la ciudad. Los cristianos sintieron gran miedo, pero fue entonces cuando a uno de ellos se le ocurrió una rara idea. Sacó del ataúd e l cadáver del Cid, lo colocó sobre su caballo Babieca, lo amarró bien para que no se cayera, le puso las armas y lo colocó al frente del ejército.
Los moros, que estaban muy confiados de su victoria, se acercaron al ejército cristiano, pero al ver que al frente venía el Cid muy pálido, pero  muy erguido, gritaron aterrorizados: Malhaya nuestra mala suerte, miren que el Cid no se ha muerto. Viene a atacarnos, quién será capaz de luchar contra ese prodigio de hombre" Y dándose media vuelta emprendieron veloz carrera, huyendo del ejército  cristiano. 

domingo, 20 de octubre de 2013

LEYENDAS SOBRE LOS ORÍGENES GRIEGOS


Los griegos ignoraban la historia de sus orígenes, y para explicársela inventaron leyendas.

El primer hombre fue hijo de Prometeo, uno de los titanes, quien lo hizo de barro y le dio vida gracias al rayo divino que robó a Zeus.  Este en castigo, hizo encadenar al titán en la cima del Cáucaso, donde un buítre debía devorarle eternamente las entrañas. 

Zeus castigo al mismo tiempo a los hombres con el diluvio en que desparecieron.   Deucalión, hijo de Prometeo, fue el único que pudo escapar, encerrándose en una embarcación que estuvo flotando mientras duró el diluvio; al bajar las aguas, encalló en el monte Parnaso.

Uno de los hijos de de Deucalión, llamado Heleno y que fue el antepasado de los helenos  o sean los griegos, tuvo a su vez dos hijos, Doro y Eolo, y dos nietos Ión y Aqueo o Acayo. 

De estos cuatro descendientes de Heleno, nacieron las cuatro grandes familias helénicas, a saber: Los doríos, los eolios, los jonios y los aqueos o acayos.

LA CIVILIZACIÓN CRETENSE


Ya en época de Homero quedaban pocos recuerdos de Creta ( Creta es la isla más grande de Grecia)

Se hablaba de una época lejana, en que Minos, hijo de Zeus, gobernaba el mediterráneo desde su palacio de Cnosos, la extraordinaria ciudad hallada por Evans (arqueólogo Inglés), donde aquel rey había hecho construír el laberinto en que se perdía todo el que entraba. para encerrar el Minotauro mitad hombre y mitad toro.
Minos (Rey de Creta),  ha librado  de piratas el mediterráneo,  pero exige un tributo anual de cincuenta jóvenes de cada sexo para alimentar a aquel monstruo.  Siete doncellas y siete mancebos corresponden a Atenas, 

Teseo héroe ateniense, se indigna ante ese tributo deprimente y entra en el Laberinto para matar al Minotauro. Lo hace y después logra salir gracias al hilo que su amada ariana (hija del rey Minos) le ha dado. 

 

sábado, 19 de octubre de 2013

PALABRAS DE ALBERT EINSTEIN


 

Einstein ha dicho, refiriéndose a su propio esfuerzo:

"Pienso cien veces al día que mi vida exterior e interior depende del trabajo de otras personas vivas o ya fallecidas y en que debo esforzarme en devolver en la misma medida que he recibido"

BABILONIA Y LOS SIGNOS DEL ZODIACO


Los babilonios poseyeron una religión astral. Cuando, 1700 años a. C.,  se enseñoreó babilonia de los reinos de Mesopotamia, nació aquella religión, caracterizada en sus mitos por la lucha de la luz contra las fuerzas del mundo subterráneo.

 Los sacerdotes escrutaban en las estrellas la voluntad de los dioses.      Ello hizo de lo sacerdotes babilonios, consumados astrónomos, entendidos en el rastreo del firmamento. Crearon y bautizaron los signos del zodíaco, primer fundamento de un estudio estructural del mundo estelar y también de la pretenciosa astrología.
Todas las religiones naturales de los primeros  tiempos se han esfumado,  pero alientan aún sus vestigios en las superticiones y el horóscopo. 

EL CÓDIGO DE HAMMURABI


El rey Babilonio Hammurabi recibe las leyes de un dios. 

En esta columna de diorita azul negra de dos metros y medio de altura, creada hacia el año 1760 a.C.  hallada en 1901, posee una escena en relieve en la que Hammurabi  .recibe del dios  shamash la vara de medir y la cuerda enrollada símbolos de su función de rey legislador.
Se halla grabado el código de Hammurabi, su ley fundamental es la del Talión:   "Ojo por ojo, diente por diente"